Día Mundial del Hábitat

Las Naciones Unidas designaron el primer lunes de octubre de cada año como Día Mundial del Hábitat para reflexionar sobre el estado de nuestros pueblos y ciudades y sobre el derecho básico de todos a una vivienda adecuada. También tiene la intención de recordar al mundo que todos tenemos el poder y la responsabilidad de moldear el futuro de nuestras ciudades y nuestros pueblos.

Tema de 2020: Vivienda para todos, Un mejor futuro urbano 

Tener una vivienda adecuada siempre ha sido una cuestión de vida o muerte. La COVID-19 ha hecho esta situación evidente, ya que una de las acciones clave necesarias para detener la propagación de esta enfermedad ha sido que las personas se queden en casa.

Al mismo tiempo, la COVID-19 nos ha recordado que el hogar es mucho más que un techo. Un hogar debe ser seguro para permitirnos seguir trabajando, aprendiendo, con acceso a servicios básicos e infraestructura para las medidas de higiene, y con suficiente espacio  para el distanciamiento físico. También debe estar ubicado en un lugar que permita a los residentes acceder a espacios públicos verdes y abiertos, oportunidades de empleos, servicios de salud, escuelas, guarderías y otras instalaciones sociales.

Se estima que desde antes de la pandemia, 1800 millones de personas ya vivían en barrios marginales y asentamientos informales, viviendas inadecuadas o sin hogar en las ciudades de todo el mundo. Es probable que ahora experimenten problemas de salud debido a la ausencia de servicios básicos, espacio para el autoaislamiento y la exposición a múltiples peligros socioeconómicos y ambientales, incluidos disturbios y violencia, inundaciones, incendios, contaminación. Todos estos factores les hace ser mucho más vulnerables al COVID-19.

Las desigualdades estructurales han salido a la luz a través de la pandemia, lo que demuestra cómo las minorías, los pueblos indígenas y los migrantes se ven afectados de manera desproporcionada por la precariedad de la vivienda, el hacinamiento y la falta de vivienda.

La COVID-19 se ha extendido en áreas donde las gentes carecen de una vivienda adecuada, experimenta desigualdades y pobreza. Los residentes de estas áreas a menudo tampoco son reconocidos, protegidos y corren el riesgo de ser desalojados y reubicados, especialmente en tiempo de crisis.

La vivienda es un derecho humano y un catalizador de todos los demás derechos fundamentales, así como la única forma de garantizar el «Derecho a la Ciudad para todas las personas» 

Día Mundial del Hábitat 2018

El Día Mundial del Hábitat, que se celebra el primer lunes de octubre de cada año, hace énfasis en el mandato de la ONU-Hábitat de promover políticas de desarrollo urbano sostenible que garanticen asentamientos adecuados para todos.

El tema de este año, es la gestión de residuos sólidos municipales.

En 2010 se estimó que diariamente se producen 0.8 kilogramos de residuos por cada persona en el mundo, y se espera que para el año 2025 la cantidad total de desechos generados se triplique a 5900 millones de toneladas anuales, debido al aumento en el consumo y a las estrategias ineficaces de gestión.

A menudo, las ciudades gastan una gran parte de su presupuesto en la gestión de los residuos sólidos; no obstante, debería tener mayor prioridad en las agendas de las ciudades, de sus habitantes y de los gobiernos nivel nacional y local. Las ciudades deberían aspirar a convertirse en «ciudades que manejan responsablemente sus residuos».

Los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), el Acuerdo de París y la Nueva Agenda Urbana (NAU) abordan la cuestión clave del manejo de los desechos sólidos. El objetivo ODS 11.6 es reducir el impacto ambiental negativo per cápita  de las ciudades, prestando especial atención a la calidad del aire y a la gestión de los desechos municipales.

Asimismo, el indicador 11.6.1 se refiere al porcentaje de residuos sólidos urbanos recolectados periódicamente con descarga final adecuada respeto al total de los desechos generados por la ciudad.

La NAU se compromete con  «la gestión ambientalmente racional y la minimización de todos los desechos». Conforme al Acuerdo de París, los compromisos asumidos nacionalmente por muchos países incluyen medidas para la gestión de los desechos a fin de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. Para traducir los compromisos del gobierno nacional en acciones prácticas y  sostenibles a nivel local, se necesita el apoyo de una red de actores y de las autoridades locales que tomen la iniciativa para maximizar las oportunidades de asociación.