Día Mundial de Lucha contra la Desertificación y la Seguía 2021

 

17 de junio Día Mundial de Lucha contra la Desertificación y la Sequia.

Restauración, Tierras, Recuperación.

El Día de Lucha contra la Desertificación y la Sequía de 2021 se centra en la transformación de las tierras degradadas en tierras sanas. De ahí su título «Restauración, Tierras, Recuperación» .  La restauración de las tierras degradadas contribuye a la resiliencia económica, a la creación de empleo, al aumento de los ingresos y a una mayor seguridad alimentaria, ayuda a recuperar la biodiversidad, permite capturar el carbono atmosférico que calienta la Tierra, disminuyendo así el efecto del cambio climático, y favorecer una recuperación verde de la pandemia de COVID-19, ya que la restauración de los paisajes naturales reduce el contacto directo entre la vida silvestre y los asentamientos humanos, lo que crea una barrera natural contra la zoonosis.

En torno a tres cuartos de la tierra del planeta, que no está cubierta de hielo, ha sido alterada por el ser humano para satisfacer la creciente demanda de alimentos, materias primas, carreteras y hogares.  En estos momentos, evitar, ralentizar y revertir la pérdida de tierra productiva y de ecosistemas naturales es tanto urgente como esencial para lograr una rápida recuperación de la pandemia y garantizar la supervivencia a largo plazo de las personas y el planeta.

Los compromisos actuales de más de un centenar de países, ya acordados con motivo del comienzo del Decenio de las Naciones Unidas sobre la Restauración de los Ecosistemas, concretan la restauración de cerca de 800 millones de hectáreas comparable en tamaño a la superficie de China a lo largo de los próximos 10 años. Si restauramos esas tierras, podemos conseguir enormes beneficios para las personas y el planeta.

Este año cobra especial relevancia en momento como este donde la sociedad vive amenazada por la COVID-19, ya que la pérdida de biodiversidad está estrechamente relacionada con las enfermedades infecciosas.

 

 

Semana Verde en el CAC de Málaga

Esta mañana, Aulaga ha impartido la charla sobre Residuos, con motivo de la celebración de GREEN WEEK dentro de las actividades que organiza el Centro de Arte Contemporáneo de Málaga, con motivo del Día Mundial del Medio Ambiente.

Día Mundial de Lucha Contra la Desertificación y la Sequía 2020

17 de junio Día Mundial de Lucha Contra la Desertificación y la Sequía, con el tema de 2020 «Alimentos, Forrajes, Fibras«.

Cuando la Tierra nos pide ayuda

La desertificación es la degradación de la tierra en las zonas áridas, semiáridas y subhúmedas secas. Está causada fundamentalmente por la actividad humana y las variaciones climáticas. Este proceso no hace referencia al avance de los desiertos existentes. La desertificación se debe a la vulnerabilidad de los ecosistemas de zonas secas, que cubren un tercio de la superficie del planeta, a la sobrexplotación y el uso inadecuado de la tierra. La pobreza, la inestabilidad política, la deforestación, el sobrepastoreo y las malas prácticas de riego afectan negativamente a la productividad del suelo.

Cada 17 de junio celebramos el Día Mundial para Combatir la Desertificación y la Sequía con el fin de concienciar acerca de las iniciativas internacionales para combatir estos fenómenos. Esta fecha nos brinda una oportunidad única para recordar que se puede neutralizar la degradación de las tierras mediante la búsqueda de soluciones, con una firme participación de la comunidad y cooperación a todos los niveles.

La materia requiere una importante atención aún más especial en estos tiempos, considerando la situación de COVID-19. Acciones basadas en la compresión clara de los derechos, recompensas y responsabilidades en la gestión de la tierra puede ayudar a abordar las consecuencias de COVID-19 al abordar uno de los principales factores ambientales de los brotes emergentes de enfermedades infecciosas como es la pérdida de biodiversidad. Al mismo tiempo, fortalecer la resiliencia de nuestros sistemas alimentarios e hídricos puede ayudar a reducir los efectos de la pandemia en la pobreza mundial y la inseguridad alimentaria. Hoy, el lema «Suelo sano = gente sana«, promovido por la Convención para Combatir la Desertificación, es más cierto que nunca.

«Alimentos. Forrajes. Fibras», tema de este año que enlaza nuestro consumo con la salud del suelo

Este año el Día Internacional se centra en cambiar las actividades públicas hacia la principal causa de la desertificación y la degradación de las tierras: la producción y el consumo incesantes de la humanidad.

El crecimiento demográfico, el aumento de los ingresos de la población y el incremento de la población urbana intensifican la demanda de tierra para producir alimentos, forrajes y fibras textiles. Mientras tanto, la salud y la productividad de la tierra cultivable existente están disminuyendo, un declive que se ve empeorado por el cambio climático.

Con el fin de contar con tierras productivas suficientes para satisfacer la demanda de 10.000 millones de personas en 2050, es necesario modificar nuestro estilo de vida. A través del Día de Lucha contra la Desertificación y la Sequía, celebrado bajo el lema «Alimentos. Forrajes. Fibras», se aspira a educar a las personas sobre la manera de reducir su impacto individual.

Los alimentos, los forrajes y las fibras deben competir con la expansión de las ciudades y la industria de los combustibles. El resultado final es que la tierra se está transformando y degradando a un ritmo insostenible, lo que daña la producción, los ecosistemas y la biodiversidad.

Los alimentos, los forrajes y las fibras también están contribuyendo al cambio climático: un tercio de las emisiones de gases de efecto invernadero proceden de la agricultura, la silvicultura y otros usos de la tierra. La producción de ropa y calzado ocasiona el 8% de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero, una cifra que, según las previsiones, ascenderá 50% para 2030.

Mediante cambios en el comportamiento de los consumidores y las empresas y la adopción de una planificación más eficiente del uso de la tierra y de prácticas más sostenible, podríamos disponer de terreno suficiente para satisfacer la demanda. Todos tenemos una responsabilidad como beneficiarios del suelo.